viernes, 22 de mayo de 2020

VÍDEO ¿POR QUÉ EL DÍA DE LA MUJER?


El día de la mujer ,no se festeja se conmemora una vez mas el sacrificio de muchas mujeres valientes que dieron y dan su vida por los derechos que la mujer debe tener en la vida cotidiana.

miércoles, 20 de mayo de 2020

Las mujeres en América Latina y el Caribe enfrentan mayores riesgos ante el Corona virus.

  :  Por Claudia Piras

¿Has pensado por qué?

En el mes de la mujer y en plena crisis del coronavirus, ¿te has preguntado qué consecuencias puede tener esta pandemia en términos de género en América Latina y El Caribe? Reconocer en qué medida esta crisis de salud afecta a mujeres y hombres de manera diferente es imprescindible para comprender los efectos directos e indirectos en las personas y poner en práctica políticas e intervenciones que sean efectivas y equitativas.
Sin desconocer que hay diferencias de género en las tasas de mortalidad del coronavirus, lo más relevante a poner sobre la mesa son los impactos indirectos que tienen que ver con los roles de género y que no necesariamente apreciamos a primera vista. Los roles de género son el conjunto de conductas y actitudes que la sociedad considera apropiadas de una mujer o de un hombre. Estas normas influyen en las carreras que estudiamos, los trabajos que tenemos y la cantidad y el tipo de tareas que hacemos en el hogar.

Cuidan y sanan, en el hospital y en la casa
Pensemos primero en los profesionales de la salud, a quienes tanto debemos en estos momentos. En la región la mitad de los médicos y más del 80% del personal de enfermería son mujeres, el porcentaje más alto del mundo. Esta segregación ocupacional por género no es casual, y está influenciada por las normas de género que hacen de la salud una profesión socialmente aceptada para las mujeres, al ser una extensión de la división de tareas en el hogar. En el contexto actual, la mayor proporción de mujeres entre el personal de blanco significa que ellas enfrentan el mayor riesgo de contagio por su continua exposición al virus.

Fuente: Estimaciones propias en base a encuestas de hogares y censos

Los roles de género también limitan el tiempo disponible de las mujeres para participar en el mercado laboral y el tipo de trabajo que tienen. Un mayor porcentaje de mujeres que de hombres tiene empleos informales y a tiempo parcial, por la necesidad de conciliar el trabajo remunerado y las responsabilidades familiares. En muchos países de la región los niveles de informalidad son extremadamente elevados. En Bolivia, Guatemala y Perú el 83% de las mujeres tiene empleos informales, sin ningún tipo de cobertura de seguridad social o protección de la legislación laboral. En la región, casi el 40% de las mujeres trabajadoras está empleada en el comercio, restaurantes, hoteles y trabajo doméstico. Estos son los sectores más afectados y los empleos menos protegidos en la crisis económica desatada por el coronavirus.

Dentro del hogar, en todo el mundo, la mayor parte del trabajo no remunerado lo realizan las mujeres y las niñas. Pero en nuestra región el desbalance en la distribución de las tareas domésticas y el cuidado de las personas es mucho peor que en otras partes. Si analizamos el tiempo total destinado al trabajo no remunerado en los hogares, en América Latina en promedio las mujeres contribuyen con el 73% y los hombres con el 27% restante. A modo de comparación, en Suecia, la contribución de los hombres es del 44%, en EE.UU del 38% y en China del 39%. Parte del trabajo no remunerado que coloca a las mujeres en mayor riesgo de contagio es su rol en el cuidado de enfermos en el hogar. Para dar un ejemplo, en México, encuestas de uso del tiempo indican que en aquellos hogares con personas con enfermedades temporales (como el coronavirus) las mujeres dedican 23 horas semanales al cuidado de los familiares enfermos versus 13 horas en el caso de los hombres. Con la pandemia, las demandas de cuidado de enfermos y de adultos mayores se incrementarán.

Con el coronavirus todo se hace más pesado

Mientras termino este blog desde el comedor de mi casa, tengo a mi marido preparando la cena y a mi hijo adolescente, a quien le interrumpieron las clases, ayudando a poner la mesa. Soy, sin duda, muy afortunada, ya que esta no es la realidad de la mayor parte de las familias en la región. Ante la suspensión de las actividades escolares y cuando muchos nos vemos obligados a permanecer en casa, aun si tenemos la fortuna de no tener a nadie enfermo en el hogar, es necesario dedicar mayor tiempo de lo normal a las tareas domésticas y sobre todo al cuidado de los niños. Alguien tiene que mantenerlos entretenidos y supervisar que realicen alguna actividad educativa, preparar la comida de toda la familia tres veces al día, lavar la ropa y limpiar la casa (con desinfectante). Señores, ¡ésta es su oportunidad de convertirse en chefs!
Y no se olviden que en algunos casos hay también que continuar trabajando de forma remota. Parece una tarea imposible. Sin duda, muchos hombres darán un paso al frente para nivelar la cancha, pero eso no será universal. La situación de confinamiento hará más visible que nunca la asimétrica distribución de la carga de trabajo no remunerado que realizan las mujeres y las niñas. Estas circunstancias especiales nos exigen que cada uno ponga de su parte y se reparta más equitativamente el trabajo del hogar.

Los peligros del confinamiento
La gravedad no es solo la mayor carga de trabajo, el impacto del coronavirus en las mujeres y niños puede ser mucho más alarmante. La experiencia de China e Italia apuntan a que pasaremos semanas con circulación restringida y la evidencia muestra el efecto psicológico negativo que puede producir el confinamiento en las personas. Es de esperar que el cambio de rutina, el aislamiento forzoso, el estrés y el miedo causados por el virus, aunados a la ansiedad de la pérdida de ingresos, aumente la tensión y los conflictos en las familias. En muchos casos, estos conflictos pueden elevar los niveles de agresividad y derivar en episodios de violencia doméstica. Para las mujeres y los niños que están recluidos en la casa con el potencial agresor, aislados de otros familiares, amigos o compañeros de trabajo, su hogar se convierte en el lugar más inseguro para estar. Basta ver lo que ha ocurrido en China, donde según el diario Sixth Tone, se duplicaron los casos de violencia doméstica durante la emergencia sanitaria del coronavirus. Países como Argentina y Chile han reaccionado rápidamente anticipando el problema, ampliando los recursos disponibles para la atención remota de los servicios de contención y apoyo a las mujeres y niños en situación de violencia.

Hoy es imposible identificar con certeza la totalidad de las implicaciones que el coronavirus tendrá en la región. Pero, en el proceso, debemos asegurarnos de entender que estos impactos afectarán de manera diferente a varios grupos de personas. De ahí la importancia de mantener los derechos y las necesidades de las mujeres al centro de nuestras respuestas y soluciones.

Las nuevas dinámicas y rutinas que estamos viviendo, tanto en la vida cotidiana como a gran escala, representan una oportunidad para desafiar las costumbres arraigadas, cambiar paradigmas y comenzar a hacer las cosas de forma diferente, tanto al interior de nuestros hogares como en las políticas públicas. Uno de los mayores legados que nos podría dejar esta pandemia sería una mayor inversión en los servicios sociales y de protección a los más vulnerables. Otro, no menos importante, sería una mejor comprensión de las profundas implicaciones que tienen los roles de género y una mayor disposición a cambiarlos.

**Esta es la primera de una serie de reflexiones sobre las implicaciones de la pandemia de COVID-19 para las mujeres y poblaciones diversas en América Latina y El Caribe.

Archivado Bajo:Género

Claudia Piras

Su trabajo se centra en las áreas de género, mercado de trabajo y desarrollo empresarial en América Latina, en las que tiene experiencia en la investigación y operativa. Es la editora del libro "La mujer en el trabajo: desafíos para América Latina" y co-autora de los informes "El Dividendo de Género: Cómo capitalizar el trabajo de las mujeres" y "Mujeres Empresarias: Barreras y Oportunidades en el Sector Privado Formal en América Latina y el Caribe". Antes de incorporarse al BID dirigió el Departamento de Investigación de la agencia de competencia en Venezuela y enseñó microeconomía en la Universidad Católica Andrés Bello y en la Universidad Central de Venezuela. Tiene una maestría en Gestión de Política Económica de la Universidad de Colombia y un MBA del IESA (Venezuela).

Todas las Mujeres Alteradas

Por 
No es fácil reflexionar sobre la condición de uno, con sus alegrías y miserias, con sus fortalezas y flaquezas y que el resultado tenga alcance universal; es decir: interese a aquellos que no se vean directamente retratados. Aunque el humor ayuda, por supuesto. La historietista argentina Maitena Burundarena ha convertido las peculiaridades del universo femenino en su campo de juegos recurrente, de una forma tan perspicaz y clarificadora como divertida, tendiendo un puente en eso que se ha dado en llamar la “guerra de sexos”.

Mujeres Alteradas consiste en una recopilación de gags de una página aparecidas previamente en los dominicales del diario El País. Pequeñas piezas que ilustran lo que significa ser mujer a día de hoy, a medio camino entre las aspiraciones individuales y las presiones sociales en una búsqueda constante de la felicidad. Sin vergüenza alguna, la autora desentraña la verdad detrás del tópico, la individualidad detrás del estereotipo, desnudando a sus criaturas de mentiras y prejuicios. La incongruencia entre deseo y realidad provoca la sonrisa, pero también la reflexión y un deje de melancolía.

Las mujeres de Maitena viven, ríen y lloran en el mundo de las “superwoman”, donde el choque entre nuevas aspiraciones y viejas tradiciones aún no ha sido resuelto. Se interrogan sobre el amor y los hijos, pero también sobre la afirmación personal. Pueden ser frívolas, pero también tiernas, acomplejadas, sexys, irónicas, brillantes… Como afirma la escritora Rosa Montero en la contraportada, “en sus tiras cabe el mundo entero”. Con trazos sencillos y cuadros funcionales, herederos de las revistas cómicas, y una planificación basada en la claridad expositiva, con recursos de probada eficacia como el “antes” y “ahora” o la respuesta en viñetas a la proposición del título (Seis posibles descubrimientos a la hora de ponerse el bañador, Cuatro buenas razones para no casarse nunca, Seis típicas maneras de tratar al marido, etc.), la autora despliega un apabullante catálogo de situaciones reveladoras.
Todas las Mujeres Alteradas, la recopilación que hizo Random House Mondadori en su sello De Bolsillo, fue publicado en 2005. ¿Por qué “alteradas”? La misma autora nos lo aclara: “una mujer alterada es una persona que está cambiando. Y creo que no fue Borges quien dijo que los únicos que nunca cambian son los tontos y los muertos”.

Mercedes Miguel - Mujeres Programadoras

Entender el Día de la Mujer


Como señala Karina Crespo en La mujer y sus derechos el Día de la Mujer se conmemora también en las Naciones Unidas y es fiesta nacional en muchos países, aunque tiene como base la celebración del Día de la Mujer Trabajadora.

La historia de la mujer desde diferentes puntos de vista es el eje de nuestra propuesta para encarar esta efeméride en la escuela, y la webquest la metodología de trabajo que seleccionamos. La indagación en internet, la creatividad sobre la base de la información, la gestión del conocimiento son las habilidades que una webquest requiere y a la vez genera, y que se pueden poner en juego de una forma muy productiva con el tema de la mujer.

Les proponemos, entonces, que los chicos y las chicas desarrollen la siguiente webquest para el 8 de marzo, para reflexionar sobre las mujeres y para aprender a trabajar en internet. Luego sugerimos otras opciones de esta misma metodología de trabajo con la Web.